La importancia del barrio detrás de su Reina
La esencia de los barrios es la gente. Por eso no se hace extraño que en el Reinado Popular, la comitiva de cada una de las candidatas, esté compuesto por sus vecinos y amigos de la cuadra. Estas personas, que acompañan a sus soberanas en cada evento y tratan siempre de demostrar que son mayoría, no reciben más que la alegría –o la falta de ella– de una corona.
El camino hacia la victoria en este reinado no es fácil. Las candidatas deben afrontar una agenda llena de eventos culturales, entrevistas, desfiles y visitas sociales. Para ello se hace necesario organizar muy bien el tiempo y contar con un grupo de apoyo óptimo para cada evento. Delante de las cámaras y luces del concurso solo se ven los trajes y disfraces que usan las candidatas. Detrás de ellas, sin embargo, hay un trabajo invaluable que muchos no alcanzan a apreciar.
El equipo se divide desde maquilladores hasta estilista que trabajan arduamente para que las candidatas de sus barrios sean destacadas. Algunos de estos apoyos son pagados por los patrocinadores que algunas candidatas consiguen. Aun así, la gran mayoría de las participantes se unen a los habitantes de su barrio para trabajar arduamente en la consecución de fondos.
Dentro del camino hacia la corona y la obtención de esta, el barrio en su mayoría no obtiene más que renombre, pues son las candidatas las reciben los premios (becas para estudio). Sin embargo, dentro de su labor como representante de los barrios, las soberanas deben trabajar en obras sociales para ellos. Aunque no reciban ningún tipo de incentivo económico, algunos barrios sí han ganado precisamente a través de estos proyectos sociales.
Es el caso de Barrio Abajo, uno de los barrios que más ha ganado coronas en el Reinado Popular. Está empatado con tres victorias junto al barrio Las Nieves y Alfonso López. Lo siguen con dos coronas, los barrios Cevillar, El Campito, Ciudadela 20 de julio y las urbanizaciones La Playa y El Pueblo.
De los tres máximos ganadores, quien más se tardó en conseguir su primera corona fue Barrio Abajo el 2012 de la mano de Lina Machado. Ella no solo le entregó una corona a su comunidad, sino que dejó beneficios directos para el barrio, además de una estatuilla dorada.

Lina Machado, una reina de oro

Ser reina no era un sueño suyo, sino de su madre. Desde que era una niña, Lina buscó cumplir el deseo de su progenitora inscribiéndose en cada reinado que podía, llegando a ser reina del barrio y de su colegio. Estas dos experiencias serían clave para despertar la vena real que tenía y volver el sueño de su madre, suyo.
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​A los 19 años, por influencia de amigos y familiares, Lina se inscribió como candidata del Barrio Abajo para ser la Reina Popular del Carnaval de Barranquilla 2012.
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Era un nivel más alto, pues ya tendría que enfrentar a mujeres de otros barrios y tal vez, mucho mejor preparadas que ella. Sin embargo, nada de eso la intimidó y caminando segura, se acercó a José Ignacio Cassiani, alias “El Pavo”, y quien fue Rey Momo del 2008, para hacer todo el proceso de inscripción.
Finalmente Lina quedó inscrita como la candidata de Barrio Abajo para el Reinado Popular. Su madre, como era de esperarse, se embarcó de inmediato en la carrera por la corona. No obstante, Lina esperaba que su barrio también se uniera y disfrutara de la aventura real que aquello significaba, pero no fue así. Para los habitantes de Barrio Abajo, los reinados no significaban gran cosa, y estaban acostumbrados a ver ganar a otros barrios. Recién el barrio Cevillar había ganado el año anterior y ya sumaba dos coronas.
Lina entonces se detuvo a pensar y se dio cuenta que aunque no tuviese una enorme comitiva respaldándola, aun podía seguía. Su madre se encargaría de peinarla y ella misma se maquillaría, pues a los 16 años, cuando salió del colegio, Lina estudió maquillaje profesional durante 3 años.
En el recorrido hacia la corona, Lina le fue demostrando al Barrio Abajo que el ser reina no obedecía a un capricho superficial. Impulsada por trabajar por su comunidad, durante el concurso desarrolló un proyecto de barrio que valió oro en su momento. Lina quiso hacer algo que marcara un antes y un después en su comunidad. No solo la corona, que ya la tenía como objetivo, sino algo más palpable: “El proyecto fue pintar murales con mensajes de la historia del Carnaval de Barranquilla en frente de todas las escuelas del barrio”.
Aquello fue lo que terminó de convencer a los habitantes de Barrio Abajo. Lina estaba haciendo un excelente trabajo en cada evento y desfile que enfrentaban las candidatas, pero poner en marcha aquel proyecto, representaría la estocada final para iniciar una comitiva. Con el apoyo de la comunidad empezó entonces la recaudación de fondos que finalmente dio frutos: Se pintaron dos puentes y los murales que prometió. De igual manera hizo charlas con los niños de las escuelas y les explicó cada imagen históricamente conocida en el Carnaval de Barranquilla.
Se estaba acercando la noche de la coronación, y aunque la victoria final no fuese suya, ya Lina estaba satisfecha con la labor cumplida. Como representante del Barrio Abajo no solo bailó y llevó el nombre de su comunidad a los distintos eventos, sino que trabajó en beneficio de ellos. Sin embargo, había más para ella. El 19 de febrero de 2012, en el estadio Romelio Martínez, Lina Machado fue anunciada como Reina de Reinas del Carnaval de Barranquilla.
Entre la alegría de la noticia y el recibimiento de la banda y la corona, Lina escuchó una noticia adicional: Por salvaguardar y promover la cultural del Carnaval de Barranquilla en los niños de su barrio, se le fue otorgado un Congo de Oro, estatuilla insignia del Carnaval. Con esto, los organizadores del evento pretendían además que ese mensaje de recuperación de la tradición y el folclore, fuera llevado a otros barrios.
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En el 2013 Lina le entregó la corona a Rosell Escorcia, representante ese año también de Barrio Abajo. En el 2015, la tercera corona llegó con Lizney Manjarres.
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Representar el legado y la alegría del Carnaval a los barrios de Barranquilla es la labor principal de una reina popular. Aunque los premios materiales, que se le entregan a la ganadora, no estén dirigidos a la comunidad del barrio, con la historia de Lina queda en evidencia los beneficios adicionales que se pueden ganar. Ella no solo le entregó su primera corona a Barrio Abajo, sino que con su participación animó a los habitantes a que siguieran apoyando a las candidatas venideras.
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